Los libros forman parte de nuestra vida, es innegable. De ahí que celebrar su existencia y su presencia en un día señalado sea no solo un motivo para la celebración, sino también para la reflexión. En el arte los libros han sido representados desde la Antigüedad como un elemento fundamental de nuestras culturas. Como elemento de saber, como elemento de disfrute, de abandono, de huida. En el Día del Libro, algunos cuadros de libros que siempre me han fascinado por su significación y su curiosa representación.
Biblioteca Frida Schultz de Mantovani
Los invitamos a visitar las siguientes obras seleccionadas por nuestra bibliotecaria Ana Córdoba quien con este regalo se despide de nosotros para disfrutar de su merecido jubileo.
¡Gracias querida Ana por tantos años compartidos!
Naturaleza muerta con Biblia
Van Gogh - 1885
Cuando Van Gogh pierde su fervor religioso realiza algunas naturalezas muertas donde pone de manifiesto que ha abandonado su vocación anterior. En Naturaleza muerta con Biblia vemos que el elemento fundamental no está mencionado en el título: es un libro no religioso, que marca los nuevos derroteros que la vida y la obra de Van Gogh había tomado tras el fallecimiento de su progenitor.
Lectura abandonada
Vallotton - 1924
Mujeres desnudas y libros es una constante en los cuadros de Vallotton. Mujeres leyendo sin ropa, sujetando un libro que acaban de leer o en el instante de la lectura. Esa comunión entre ambas figuras se percibe en lo íntimo de los retratos que Vallotton realizó. La mujer se desnuda para el libro, para el saber. Los libros sustituyen a los amantes y a los mirones. En Lectura abandonada observamos a una mujer que se abandona por completo a la lectura, una mujer contemporánea que existe para ella misma.
El libro representa ese romper cadenas, ese elemento antiguo pero nuevo que en manos de la mujer transforma por completo la escena y la Historia del Arte.
Escritorio del artista
Schiele - 1914
Esta obra de Egon Schiele siempre me ha fascinado. Si es Schiele es muy reconocido por su forma original de representar los cuerpos, en completa torsión y en posturas que hasta él, no habían sido vistas, sus naturalezas muertas son también absolutamente originales. En el escritorio de Egon Schiele vemos elementos que son muy personales para el pintor. Caballos que le recordaban a su infancia, y libros.
El librero
Arcimboldo - 1566
Arcimboldo es conocido por sus composiciones de caras a base de unir fruta, vegetales y flores. Sin embargo, su librero no goza de tanta notoriedad. El librero de Arcimboldo se construye a través de los libros. Libro con libro su cuerpo va tomando forma. Es como si el pintor insinuara el poder constitutivo de los libros, su capacidad para completarnos, desmontarnos y convertirnos en quienes somos.
Ipad and Iphone Paintings
Hockney - 2009
Quizá lo más reseñable de la obra de Hockney sea precisamente que la obra está realizada pintando con el dedo en un Iphone. La luz fluorescente de un flexo incide directamente sobre los libros. Los rayos de luz parecen una aureola que enmarca el libro situado sobre el escritorio.
Libro transformándose en mujer desnuda
Dalí - 1940
El surrealismo dio numerosos cuadros con libros, sobre todo bodegones. En el cuadro de Dalí vamos un paso más allá: si durante el siglo XIX se pintó a numerosas mujeres sosteniendo libros y leyéndolos, en el cuadro de Dalí el libro se convierte en mujer. La mujer es equiparada al libro, al saber, a la imaginación e inspiración. La mujer para Dalí es musa.
La reproducción prohibida
Magritte - 1937
En este cuadro de Magritte vemos la silueta de un hombre de espaldas, frente a un espejo que no devuelve su reflejo. Su reproducción ha sido prohibida. Sin embargo, en ese retrato imposible que nos ofrece el pintor vemos un libro, cuya imagen invertida sí vemos en el espejo. Magritte era un gran admirador de la de escritura de Poe.
The Subway Reader
Guim Tio - 2016
La lectora del metro es otro de los cuadros con libro que me gusta especialmente. En él vemos a una mujer que pudiera ser cualquiera, llenando sus horas de tránsito con lectura. La mujer que Guim Tio pinta es trabajadora. Ya no es aquella mujer que pintaron previos artistas, en la soledad de su casa, con un libro en su regazo, con la cabeza baja y a menudo de perfil. Es una mujer pintada en el transporte público en un instante suspendido, alejado de los quehaceres diarios, donde se entrega a la lectura. Es un momento para ella sola.